A sus 16 años sufrió la noticia más dura para una adolescente: la separación de sus padres, lo cual le dejó muchas heridas en el corazón que tuvo que aprender a sanar, con ayuda de su fe, el servicio a los demás y trabajo terapéutico personal. Y es que, en la experiencia de Nilda Céspedes, las dificultades de la vida le enseñaron a desarrollar resiliencia y ser empática con los demás.
Un año después tuvo que dejar su natal Camiri para llegar a Santa Cruz de la Sierra y afrontar una nueva vida alejada de los suyos. El cambio fue duro. En ese tiempo la tristeza y soledad fueron sus compañeras y vivió en carne propia lo que una estudiante de provincia debe afrontar para salir adelante.
Al provenir de una familia sencilla y humilde tuvo que trabajar para costear sus estudios y su manutención. En el comedor universitario de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm), donde fue becada por sus buenas notas, conoció amigas que le ayudaron a sobrellevar los desafíos cotidianos y que al igual que ellas buscaban cumplir su sueño de salir profesional.
“Tuve el privilegio de estudiar psicología, que más que una carrera es una forma de vivir, que nos desafía a crecer tanto en el ámbito personal como académico. En lo personal nos reta a ser mejores cada día, a ser empáticos, pacientes, sensibles, creativos, en general a ser mejores personas”, afirma Nilda.
Mientras estudiaba trabajó como auxiliar de kinder, y posteriormente como profesora, de inicial y secundaria. Al egresar de su carrera trabajó por un tiempo en un hogar de niñas, y luego como psicóloga educativa de primaria y orientadora de secundaria durante ocho años. También desempeñó funciones en proyectos educativos, y paralelamente como terapeuta en un centro de especialidades médicas.
Madre, esposa y docente
Se casó muy joven, a los 22 años cuando egresaba de la carrera de Psicología, y tuvo que combinar el trabajo con la maternidad, puesto que como mujer debe asumir rol de madre, esposa, trabajadora, hija, amiga.
“Busqué siempre trabajos de tiempo parcial para no descuidar mi familia y sobre todo mi labor de madre. Esa es una de las razones por la que me quedó muy bien trabajar en el área educativa”, recuerda.
Estudiar cursos de posgrado tampoco fue una tarea sencilla, porque además de requerir más tiempo debía erogar recursos económicos, por lo que, siendo profesional joven y con familia, el dinero no alcanzaba.
Para Nilda, formarse después de graduarse conllevó un sacrificio grande y le hubiera gustado realizar más posgrado, porque le encanta estudiar, pero el tiempo y el dinero son limitados.
Trayectoria profesional
Después de 10 años de ejercer su carrera profesional incursionó en la docencia, primero en universidades privadas desde 2008 y desde 2012 en la Uagrm, inicialmente como invitada y desde el 2015 como docente regularizada.
Tuvo el privilegio de ser directora de la carrera de Psicología de la Universidad Evangélica Boliviana (UEB), y en el plano académico cursó maestrías y diplomados, terminando actualmente el doctorado en Investigación y Pedagogía en la Unidad de Posgrado de la Facultad Integral del Norte.
Servicio Social
Como cristiana desarrolla labores ligadas al servicio social al prójimo ayudando a personas más vulnerables como niños en situación de calle, jóvenes con adicciones, enfermos en hospitales y otros.
“A través de mi carrera pude darle otro sentido a mi vida pues no hay mejor remedio para los problemas personales que ayudar a los demás. También en la docencia encontré una pasión, pues me gusta enseñar y disfruto mucho el compartir con mis estudiantes”, señala.
Dirección de carrera
La invitación de Renace para postularse a dirigir Psicología fue aceptada con gusto por Nilda porque es una oportunidad para retribuir el aprendizaje recibido de esta carrera y de la Universidad, que más que una profesión y un trabajo le ha desafiado a superarse en todas las áreas de su vida.
“Tengo la experiencia como alumna formada en las aulas de la René Moreno. Conozco las necesidades que se enfrenta como estudiante y desafíos como docente. Puedo ver de cerca la fortalezas y debilidades de la carrera y la experiencia que me dio la universidad privada me da la seguridad de que estoy lista para asumir este nuevo desafío”, remarca.
En este marco afirma que su único fin es servir a la carrera de Psicología y que luego de cumplir sus planes con estudiantes y docentes volverá a las aulas porque no tiene aspiraciones políticas.
““Solo deseo servir, ser útil a mi carrera, a los estudiantes, docentes y la sociedad. Tenemos una carrera acreditada, la única en la facultad y en Santa Cruz, hay que seguir trabajando para la excelencia. Si llego a dirección de carrera, mi sueño es que trabajemos juntos, sin miramientos, sin color político, con un solo sentir. Pondré todo mi esfuerzo, mente, alma y corazón para lograrlo”, concluyó.