En un primer momento, la universitaria ganó la etapa nacional con la tecnología que produce agua esterilizada mediante radiación, con un filtro cargado de luz solar (que no genera contaminantes).
Ahora, aprovechando la cobertura mediática, Bárbara ha participado en eventos y conferencias con mentores, líderes, emprendedores y visionarios de todo el mundo para democratizarse y llevar su descubrimiento a otros países.
Para uno de los jurados, la idea tiene el potencial de transformar nuestra sociedad, ya que mucha gente en todo el mundo no tienen un acceso al agua potable. Así, la innovación promete ascenso social y dignidad a las miles de familias que viven en condiciones de vulnerabilidad.
“La idea del proyecto llegó en mi maestría, donde estudio la esterilización de parásitos a través de la radiación, y pensé en aplicar esto para ayudar a las personas de una manera simple y viable” declaró Bárbara a la red OGlobo de Brasil. “Esta oportunidad de ser el campeón nacional ha sido increíble para mi proyecto, porque además de ayudarme en el desarrollo, todavía ayuda a acelerar el proceso y aumentar la visibilidad”, agregó.
“Las ideas cambian el mundo”
Este lema inspiró a Bárbara Paiva, estudiante de la Universidad Federal de Ouro Preto (UFOP), para desarrollar Aqualux, una botella esterilizadora de agua capaz de potabilizar cualquier agua.
El proyecto le valió a la brasileña el título nacional de ‘Red Bull Basement’, un programa universitario mundial que busca capacitar a los estudiantes para poner en marcha sus ideas a través de la tecnología, y selló su pasaporte a la Final Global que se realizado entre el 24 y el 27 de marzo en Estambul, en Turquía.
A pesar de no haber ganado el premio principal del evento, que recayó en las estudiantes norteamericanas Brinlee Kidd y Sylvia Lopez –el dúo desarrolló un programa de estudio en línea para estudiantes con dificultades académicas–, Bárbara se alzó con el título mundial de los desafíos de narración, galardón otorgado a participantes por relatos relacionados con sus misiones y que reunió a 44 finalistas de 43 países.
Bárbara, como campeona de Brasil, ya había recibido varias herramientas para desarrollar su proyecto, como cursos, mentorías y software. “Esta oportunidad ha sido increíble para mi proyecto, porque además de ayudarme en el desarrollo, también ayuda a agilizar el proceso y aumentar la visibilidad”, dice.
El título mundial es suficiente para garantizar aún más visibilidad al proyecto de Bárbara, cuyo foco principal es democratizar el agua potable para las personas que no tienen acceso a saneamiento básico. “De esta manera, es posible llegar a personas interesadas en embarcarse en esto conmigo, para que podamos cambiar rápidamente los datos del mundo”, concluye el estudiante.