Perder dinero a costa de parecer más limpio. Facebook ha anunciado este domingo la eliminación de millones de anuncios publicitarios en su plataforma digital por considerar que “interfiere” en el proceso de votaciones. La multinacional, cuya trayectoria se investiga por las autoridades en Estados Unidos, ha aplicado sus nuevas exigencias para controlar la desinformación. ¿Han dado sus frutos? Todavía es pronto para saberlo.
La popular red social ha asegurado que se han bloqueado un total de 2,2 millones de anuncios en Facebook e Instagram y se han eliminado unas 120.000 publicaciones por intentar “interferir en las votaciones”. Así lo ha confirmado el vicepresidente de comunicaciones y asuntos globales de Facebook, Nick Clegg, en una entrevista para el semanario francés “Journal du Dimanche”.
En línea con las nuevas políticas contra las llamadas “fake news”, la plataforma añadió además advertencias de posibles publicaciones erróneas en 150 millones de entradas. La misión de la firma presidida por Mark Zuckerberg es evitar que se repitan los hechos de las elecciones presidenciales estadounidenses de hace cuatro años en las que obtuvo la victoria Donald Trump.
Y, frente a ello, han incrementado sus esfuerzos para evitar intentos de manipulación hacia los votantes. Otra de las medidas será la presentación de resultados oficiales de fuentes fidedignas y solventes como Reuters para que no se cante victoria antes de tiempo. Algo que puede generar más tensión en unos comicios muy cuestionados entre ambos candidatos. La idea es que conozcan los resultados en tiempo real y no se fien de lo que aparece en grupos y otros contactos.
Facebook ha basado su estrategia en un equipo de revisores humanos. En total, treinta y cinco mil empleados se ocupan de la seguridad de las plataformas. También, recuerda Clegg, la red social cuenta con apoyo de plataformas de revisión o “fact-checkers” como AFP, Maldita o Newtral en España, que se encargan de analizar las publicaciones para detectar posibles bulos.
Una medida que, sin embargo, ha despertado en los últimos años las dudas sobre la posible falta de neutralidad entre los hechos verificados. “The Wall Street Journal” aseguraba esta semana que en 2017 Zuckerberg pidió un cambio en el algoritmo de organización de contenidos que tuvo un impacto negativo en medios considerados progresistas.
Clegg ha insistido en el habitual mensaje que se traslada desde la compañía: que también se emplean modelos de Inteligencia Artificial para eliminar miles de millones de publicaciones y cuentas falsas, “incluso antes de que los usuarios las denuncien”. Facebook almacena todos los anuncios e información sobre su financiación y procedencia durante siete años “para garantizar la transparencia”.
El momento es crucial después de la última polémica que ha despertado también el temor a la censura: el pasado miércoles, Trump criticó a Facebook y Twitter por bloquear la difusión de un artículo del “New York Post” en el que se exponían los posibles vínculos corruptos de su rival, el demócrata Joe Biden, y su hijo Hunter en Ucrania.