“Mi padre ingresó cuadro neumonía pulmón, daño de 70 a 80% pulmones no tenía ninguna enfermedad de base, sólo alta, comienza su relato el hijo del que fuera últimamente vocal de la Corte Electoral de UAGRM.
El pasado 9 de enero, Jaime Cruz se sintió muy mal, por lo que la familia lo traslado a la clínica Niño Jesús 2 que es donde se atiende a los asegurados de la Universidad. Pero ese día lo devolvieron a su casa, ero luego de 5 días su pulmón volvió a estar dañado en un 75% y Cruz, por su voluntad decidió internarse, asegura su hijo Jetro.
Pero no encontraron una clínica que prestara servicios de terapia intensiva, la única fue la Clínica Santa Fe. “La verdad una clínica sin condiciones, los baños cero higiene, pero aun así, lograron contrato con la “U” y permiso del Seguro, es una casa y de paso con pésimo servicio”, lamenta Jetro que desde ese momento se hizo cargo y estar cerca de su padre, y todo el tiempo, según contó a El Universitario.
“Llegó al amanecer del domingo 9, a mi padre nunca lo intubaron, jamás, en esa sala de terapia había 5 personas en una sala, él fue el único que no se intubó porque la saturación de oxígeno no bajaba, estaba bien, incluso usaba mascarilla simple. El miércoles ya teníamos la duda por los servicios y la estructura tan precaria, pero mi padre llamó al Lic. Orlando Arias, de prestaciones del SSU, para pedirle que le cambien de Clínica, también habla con Rosendo Peña, Presidente de los catedráticos, igual que con Manfredo Menacho, decano. Rosendo Peña nos dijo que ya había conversado con el Lic. Arias par que él vea de cambiarlo de clínica”, explica Jetro.
Una particularidad de la clínica en cuestión, es que como no tiene equipos, sólo hacen la medición con laboratorios. “Un médico me dijo incluso que muchos casos peores salieron bien, que mi papá, sus valores de sus órganos estaban en su parámetro normal, obviamente el pulmón tiene daños, pero todos los días me decía que no me preocupe, que mi papá iba a salir”, continúa.
Jaime estaba saturando con 96, su páncreas, todo en él estaba muy bien fue entonces que le colocaron la megadosis de vitaminas. “Pero mi padre seguía insistiendo, como todos los días, que le cambiemos de clínica y ese mismo día nos enteramos que ya había vencido y sus glóbulos y todo ya había vencido el virus, sólo quedaba recuperar el pulmón. Pero mi padre seguía insistiendo que lo saquemos de la clínica”, asegura su hijo.
El dolor de la familia comenzó el 17 de enero a las 6 de la mañana cuando su padre lo llamó para que vaya enseguida a la Clínica. “Llegué en 20 min y lo encuentro al terapista y me dice que no pasa nada, que durmió bien. Algo pasó esa noche que mi padre se asustó, no me pasaron hasta las 11:30 de la mañana, yo siempre llamaba él nunca me llamaba”, expresa muy consternado.
“Ese mismo día, a las 11:30 lo llamaron a mi hermano, porque mi papá estaba pidiendo juguitos esas cosas, quedamos con mi hermano vernos a eso de las 4 de la tarde en la clínica, pero él llega antes que yo y lo primero que hace es subir a mirarlo, de una ranura que deja la ventana que da directo a su cama, donde cada día lo mirábamos y sabíamos lo que estaba haciendo. Mi hermano ve que su oxígeno estaba saturando 64, toca la puerta de donde se entrega análisis y sale la mujer asustadísima, azul, se vuelve corriendo a ver por la ranura, lo ve saturando 44.
Mi hermano hizo tanto escándalo que salió el médico de terapia, le dieron su traje de bioseguridad para que entre a verlo. Fue a eso de las 5 de la tarde, ya estaba sin oxígeno, els pregunta por qué le sacan la máscara de oxígeno, que le coloquen, que se estaba muriendo mi padre, sus últimos 3 respiros de mi padre, le agarró la mano, y le decía que aguante, mi padre no podía respirar, estaba sin aire”, expresa con mucho dolor Jetro.
“No bien yo llegué, vi que lo sacaron a mi hermano y me subo a la ventanita a verlo a mi padre, ya mi con el sonido de tiiii, se estaba apagando. Él no estaba sobre la cama, estaba cruzado, el médico lo estaba agarrando, no hay ningún criterio médico que sea normal que lo tengan que cruzar en la cama. Esta es una acusación muy fuerte estábamos hablando de un posible asesinato, a mi criterio, le cruzaron, le taparon la nariz para que de una vez se vaya, porque se dieron cuenta que mirábamos por ahí”, denuncia.
Asegura que Jaime Cruz vio las tremendas falencias de la clínica y se los dijo a ellos. “Le taparon la cara, al ver sus falencias, de una vez, hasta que aparezca el oxígeno, le taparon la boca y nariz”, expresa molesto.
Jetro indica también que no vio que la clínica tenga un carrito de electroshok para reanimar a los que están en esta situación.
“Me Salí al patio de esa casa que no tiene estructura de clínica, los tanques de oxígeno están en el patio, yo todos los días los veía, una persona necesita hasta dos tanques al día, mínimo necesitaban tanques de reserva todo el tiempo. Ese momento que mi padre se murió, no había un solo tanque de oxígeno conectado, y no había ni un solo tanque de reserva, ese momento que yo estaba ahí conectaron ese tanque chiquito”.
Por eso digo que mi padre no murió porque COVid, sino por asfixia, lo mataron en una clara muestra de negligencia médica”. El hijo de Jaime Cruz informa además que, hasta el momento, la clínica no les ha hecho conocer la historia clínica, “la escondieron”.
“Si la clínica da un servicio como este a sus docentes, realmente hay algo obscuro. La gente se muere no de COVID sino por negligencia, me da pena que la U tenga un servicio de esta pocilga”, expresa muy molesto y dolido. “La administradora de la clínica cuando le conté esto, se puso a llorar, no me dijo nada, pues ellos saben”, finaliza pidiendo que la UAGRM haga algo y que por lo menos rescinda contrato con esta clínica por lo que denuncia.