Misael Nallar, yerno del traficante extraditado a Brasil por tráfico internacional de drogas, Jesús Einar Lima Lobo, tras la ejecución de tres policías en el camino a El Cuchi, jurisdicción de Porongo que causó conmoción, decidió huir. Para ello lo primero que hizo se sacó la barba y se cortó el cabello, luego se trasladó hasta su hangar en el aeropuerto El Trompillo utilizando otros vehículos y voló en su avioneta a una región de Beni. Tras la movilización de los organismos tácticos policiales y al sentirse acorralado regresó en su aeronave y se entregó a la Policía.
Las revelaciones conocidas por EL DEBER (https://bit.ly/3NjFw0K) se desprenden de declaraciones de ciudadanos colombianos empleados al servicio de Nallar, que fueron detenidos y ahora están a disposición de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), respondiendo a investigaciones.
Además, según las declaraciones y que ya forman parte de los registros de inteligencia de la Policía y la unidad de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, (Felcn), señalan que Misael Nallar, tiene un hangar en Santa Cruz y su suegro, Jesús Einar Lima Lobo, también tiene otro hangar con 10 naves.
Los extranjeros afirman que Nallar entre su entorno y contactos, no figura con su nombre y que es conocido por el apodo de ‘doctor’.
Estaba descontrolado
El comandante general de la Policía, Jhonny Aguilera, confirmó que tres sujetos, un boliviano y dos colombianos, fueron capturados después del triple asesinato, en el camino hacia Las Cruces de Porongo. Estaban a bordo de un vehículo, una vagoneta Toyota que fue utilizada para interceptar a la patrulla policial y ejecutar a los uniformados.
Los colombianos revelaron algo que dejó asombrados a los policías. Afirmaron que sus compatriotas guardaespaldas de Misael Nallar, eran nuevos en su oficio y cumplían al momento las instrucciones de su patrón. Aseguraron que al momento del impase con los policías, estaba descontrolado, muy afectado al haber consumido bebidas alcohólicas y dio la orden a sus guardaespaldas que liquiden a los uniformados y cumplieron sin dudar.
Confirman ejecución
El informe policial señaló que la tarde del martes, los uniformados realizaban un patrullaje en inmediaciones de El Cuchi, dentro del municipio de Porongo. En el trayecto, los policías se enfangan y en ese lapso de tiempo se percatan de la presencia de un grupo de personas conduciendo unas cuadratracks, tipo Teryx, en estado de ebriedad, además de algún tipo de sustancia alucinógena.
El conductor del vehículo, el sargento segundo Alfonso Chávez, se comunica con uno de sus camaradas para que los ayude a salir, este llega al lugar junto a un mecánico, quien les ayuda a liberar el vehículo activando la doble tracción del mismo.
De acuerdo a la versión que maneja la Policía, dos sujetos vestidos con chalecos verdes fueron quienes dispararon contra la humanidad de los tres funcionarios policiales.
Al día siguiente de los hechos, los efectivos policiales realizaron la inspección técnica en el lugar donde se ejecutó a los uniformados. Ahí encontraron 17 vainas de balas calibre 7.62 y 5.56 utilizadas por armas largas y de uso militar.
El informe indica que el sargento Eustaquio Olano fue encontrado con cuatro impactos de bala en diferentes regiones del cuerpo, en tanto que en el sargento Alfonso Chávez se encontraron dos balazos y el uniformado del Gacip, José Candia con cuatro impactos, haciendo un total de 12 disparos realizados con armas de fuego.
El comandante general de la Policía, Jhonny Aguilera, señaló que según el informe del Instituto de Investigaciones Técnico Científicas de la Universidad Policial (Iitcup) los disparos fueron realizados de arriba hacia abajo y de adelante hacia atrás.
“Lo grave del caso es que los camaradas se encontraban arrodillados con las manos en el suelo, lugar donde se habían efectuado al menos cuatro disparos que habrían sido para rematarlos”, explicó el jefe policial.
Además, realizaron la inspección en cinco inmuebles, uno de ellos ubicado cerca de Guapilo, ahí encontraron un vehículo que era conducido por el ciudadano de nacionalidad colombiana Esteban B. M., quien se encuentra a disposición de la Policía.
En el municipio de Porongo se encontró un galpón con las Teryx, que eran utilizadas por las personas que se cruzaron con los efectivos policiales, además de una camioneta con placa de control 5345 SAE.
Este vehículo, según el informe de Aguilera, vincularía a Misael Nallar con los hechos de sangre, porque él mismo habría sido reconocido por el mecánico, indicando que habría salido “raudamente” del lugar. También se encontró dentro de este motorizado una chamarra color gris, en cuyo interior se halló una factura por combustible.
Dentro de estas acciones policiales se secuestraron cuatro motorizados, se precintaron 20 Teryxs, han recibido seis declaraciones testificales, se realizaron tres registros al lugar del hecho y encontraron dos equipos de telecomunicación.
El principal acusado se encontraba acompañado por su esposa, que es hija de Jesús Einar Lima Lobo Dorado, considerado un “pez gordo” del narcotráfico y que cumple una condena de 14 años en Brasil, donde fue extraditado. Por otro lado, los policías llegaron hasta la hacienda La Envidia, que pertenece a Nallar, se encontraron cajas vacías de armas de fuego de grueso calibre y equipos de comunicación.
El asesinato y un mensaje
El comandante general de la Policía confirmó que los sargentos Eustaquio Olano, Alfonso Chávez Flores y el voluntario del Gacip, David Candia Orozco, fueron vilmente asesinados. Lo grave y asombroso de todo es que según las investigaciones los asesinos los obligaron aponerse de rodillas, les dispararon sin piedad en el lugar para después escapar”, lamentó Aguilera.
Policías entendidos en investigaciones criminales, expresaron su preocupación por la forma del suceso violento que causó conmoción en el país.
“Esta no solo que fue una ejecución, un asesinato. Fue más que eso, porque los autores dejaron un mensaje claro que nosotros como policías lo entendemos y podemos leer. No se contentaron con matarlos de rodillas y dejarlos en el suelo, sino que los levantaron y lo colocaron en la misma camionetata de la Policía. En otras palabras lo expusieron como un trofeo y esto es un claro mensaje a nuestra institución”, dijo otro alto jefe policial.
Los matones están libres Si bien la Policía informó de la detención de varias personas y de empleados de Misael Nallar, los sicarios guardaespaldas que ejecutaron con armas de uso militar a los policías siguen libres. La Policía no logró detener a los autores materiales del triple asesinato y según las investigaciones se hallarían a buen recaudo. Mientras tanto, los familiares de los fallecidos claman justicia y hasta el momento no logran creer lo que pasó. Los restos de las víctimas Eustaquio Olano, Alfonso Chávez Flores y el voluntario del Gacip, David Candia Orozco, fueron velados en medio del dolor de sus camaradas y familiares.