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Ante la pandemia, y niños menores de 6 años no quieran comer, no puedan dormir y tienen conductas regresivas.

Ante la pandemia, y niños menores de 6 años no quieran comer, no puedan dormir y tienen conductas regresivas.

Unicef: "Niñas y niños menores de 6 años en la pandemia. Los cambios en su vida cotidiana pueden generar estrés". ¿Qué hacer?

Cuando se interrumpen las rutinas en las niñas y niños menores de 6 años, es decir que hay una disrupción de la vida cotidiana y normal, puede generar estrés, informa UNICEF.

El estrés se genera por un incremento en la hormona de cortisol que pone a todo el cuerpo en alerta. El estrés no siempre es malo, pues fácilmente con apapachos, juegos y distracciones puedes ayudar a bajar los niveles de cortisol y regresar el cuerpo a la normalidad.

Esto se conoce como estrés tolerable y muy probablemente las niñas y los niños estén sufriendo este tipo de estrés por el aislamiento frente al coronavirus.

Es normal que a causa del estrés, las niñas y niños más pequeños empiecen a tener ciertos comportamientos que no son como:

  • En el caso de niñas y niños menores de 2 años:
    • Problemas para dormir o mantener la rutina de sueño.
    • Pérdida de apetito.
    • Apego excesivo a su cuidador primario, que usualmente suele ser mamá o papá. O por el contrario, se puede volver más tolerante a la separación.
    • Falta de motivación o entusiasmo.
    • Llanto excesivo e injustificado.
    • Y lo último, pero lo más importante, es que pueden empezar a tener conductas regresivas en su desarrollo, como por ejemplo, en el caso de las y los bebés que ya empezaban a caminar, regresan al gateo o a empujarse para arrastrarse en el suelo.

 

  • En el caso de niñas y niños entre los 3 y 5 años, es de esperar que comiencen a expresar:
    • Conducta regresiva, es decir que muy probablemente vuelva a orinarse en la cama cuando ya habían aprendido a avisar para ir al baño, o dejan de hablar o hablan a medias, y es usual que comiencen a chuparse el dedo.
    • No toleran estar solos o solas y quieren siempre estar con algún adulto.
    • Experimentan una pérdida en el apetito o por el contrario, quieren comer en exceso.
    • Problemas para dormir o mantener su rutina de sueño.
    • Comienzan a aparecer los miedos, ya sea a seres o situaciones reales como a animales o a la oscuridad, o a seres fantásticos como monstruos.
    • Comiencen a expresar dolores inusuales de estómago o dolor de cabeza.
    • Juegan repetidamente su situación actual; es decir que pueden empezar a jugar los roles que ven dentro del hogar.

Estas conductas son normales y no nos debemos de enojar o agustiarnos si las observas en tus niños o niñas, recuerda que el cuerpo y la mente de las niñas y los niños está expresando síntomas de estrés por lo que debemos estar atentos y alerta para observar cómo se dan estos cambios y cómo evolucionan.

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