Según las declaraciones juradas que Arce realizó a la Contraloría General después de su renuncia, se establece que la empresa petrolera anglo-holandesa Shell le pagó 209.000 bolivianos por una consultoría referida a “obtención de financiamiento, planificación empresarial y prospectiva económica”. Los documentos fueron obtenidos por Brújula Digital.
La retórica de Arce y del MAS siempre fue de crítica a las empresas petroleras internacionales.
Por 104.550 bolivianos realizó otra consultoría, para el fondo financiero Fonplata “para la elaboración de un nuevo producto de financiamiento para los países miembros del Fonplata”. Finalmente, la Cepal contrató a Arce por un monto de 90.610 bolivianos para que analizara “el financiamiento a la pequeña y mediana empresa en Bolivia”.
En enero de 2017 Arce renunció porque sufría de cáncer y se fue a tratar a Brasil. Simpatizantes del MAS organizaron kermeses para recaudar fondos destinados a enfrentar la enfermedad. Arce no sólo obtuvo 404.260 bolivianos en consultorías, sino que en cuentas bancarias tenía 760.511 bolivianos y pese a ello aceptó las actividades para recolectar recursos.
Tras terminar de curarse la enfermedad, las finanzas de Arce no disminuyeron, sino que aumentaron en casi 900.000 bolivianos.
Una vez recuperado de su problema de salud, Arce volvió al Ministerio de Economía en enero de 2019 y se quedó en el cargo hasta la caída del expresidente Evo Morales, el 10 de enero de ese año.
Según las 23 declaraciones juradas obtenidas por Brújula Digital Brújula Digital y que abarcan los años 2006-2019, el patrimonio del exministro aumentó de 472.000 bolivianos a 2,4 millones en ese lapso. Sólo en los cinco meses entre enero y junio de 2017, precisamente tras renunciar al Ministerio, su patrimonio aumentó en 878.000 bolivianos.
El gobierno ha presentado documentación en los últimos días que muestran que Arce y su esposa hicieron movimientos bancarios por un monto de seis millones de bolivianos, depositaron grandes sumas en las cuentas de la secretaria del exministro y que sus dos hijos recibieron créditos bancarios cuando tenían 20 años de edad sin explicarse bien qué garantías presentaron.
Vía: Brújula Digital