Los ensayos de vacuna desarrollada por el Instituto Gamelie de Rusia, la desarrollada por Sinopharm de China, Moderna Inc. de Estados Unidos y la de AstraZeneca con la Universidad de Oxford, entre otros grandes laboratorios del mundo, serían los estudios más avanzados en la procura de una vacuna o antídoto contra la Covid-19.
Pero en una especie de guerra abierta de intereses se acusan de espionaje, hackeos y robos de investigaciones.
Lo cierto es que la investigación biotecnológica centrada en el descubrimiento y desarrollo de fármacos, desde hace muchos años, da lugar a que las potencias y grandes transnacionales libren una feroz y permanente guerra por dominar el gran mercado de las enfermedades, y la Covid 19 ya es una gran oportunidad real de negocio.
Los pedidos de la OMS de humanizar las patentes de vacunas y medicamentos, quizás le valió el mayor ataque de su historia y que pone en tela de juicio su propia existencia.
Mientras las potencias libran su guerra, Bolivia deberá adoptar las medidas económicas y de relacionamiento internacional para acceder oportunamente a las futuras vacunas y medicamentos contra la Covid 19. Mientras tanto, nuestros médicos seguirán batallando en una particular guerra arriesgada, incierta y desigual.