Potosí.- Cuando Ruth ingresó a la cocina se quedó seca. El espectáculo que se presentaba ante sus ojos era inaudito… Repugnante. Su pareja, Oscar, estaba acariciando el rostro de su hija, de escasos tres años, forzándola a practicarle el sexo oral.
Su instinto de madre le hizo reaccionar con indignación así que actuó contra el depravado. A empujones, lo sacó de la casa… “Qué cuarentena ni nada… ¡Afuera!”. Dolida y todo, creyó que hasta allí llegaba la cosa, pero se equivocaba, había más…
Sucedió el martes 31 de marzo. Desde entonces, y como consecuencia de lo sucedido, sus otros dos hijos comenzaron a hablar; le dijeron que no era la primera vez que ocurría así que, con miedo, procedió a revisar a su hija.
Encontró inflamación en su entrepierna y volvió a reaccionar, esta vez para acudir hasta la policía y reportar el hecho, el médico forense dio la dolorosa noticia de que la niña tenía desfloración de himen reciente y signos de violación sexual.
El padrastro niega, dice que la mujer inventa siempre para hacer que vuelva con ella.
Vía El Potosí