El satélite Túpac Katari no logrará pagarse con los recursos que genera y al final de su utilización -en 2028- será el Estado quien tendrá que cubrir el resto de la deuda con el banco estatal chino. A la fecha, se logró cancelar el 25% de su inversión y se llegó al 66% de su capacidad de funcionamiento. La Agencia Boliviana Espacial (ABE) tiene la misión de aumentar las ventas de los servicios que genera el aparato en órbita.
El satélite Túpac Katari fue puesto en órbita el 20 de diciembre de 2013 desde la base de Xichang, en China. El aparato tuvo un costo final de 302 millones de dólares. 44,33 millones de dólares salieron del Tesoro General de la Nación (TGN) y 251,12 millones son parte de un crédito chino. En un inicio, el proyecto satelital tenía un costo de 295 millones de dólares. El aparato tiene un tiempo de vida hasta el 2028.
El director de la ABE, Peter Larrea Parra, informó a EL DEBER que el satélite funciona al 66% de su capacidad y que, hasta la fecha, se logró pagar solo el 25% de la deuda con el banco estatal de China, entidad que financió el Túpac Katari. El funcionario acotó que, según las proyecciones, el aparato no logrará pagarse con los ingresos por los servicios que brinda y que al final será el Estado el que cubra el saldo del pago del crédito.
“El Estado asumirá una parte del costo total del satélite y eso es algo innegable, debido lastimosamente a la concepción del proyecto. El Gobierno anterior decía que el satélite se iba a pagar solo, eso era entre comillas cierto, y podía ser siempre y cuando el Gobierno se comprometía a consumir un 85% de la capacidad satelital al precio del 2014, que era 3.000 dólares el megahertz”, detalló Larrea.
Según Iván Zambrana, que fue el último director designado de la ABE en la gestión de Evo Morales, hasta finales de 2018 los ingresos del satélite superaron los 100 millones de dólares, un tercio de lo que demandó el financiamiento del proyecto espacial. El exfuncionario acotó que los ingresos del aparato eran de dos millones de dólares por mes, según cálculos del primer semestre de 2018.
Mientras, Larrea Parra lamentó que no se haya podido consolidar el proyecto inicial de funcionamiento del satélite, lo que implicaba una participación del Estado en consumo de servicios del Túpac Katari del 85% de su funcionamiento. Eso implicaba que ministerios, Policía Boliviana, Fuerzas Armadas (FFAA) y otras entidades como la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) debían comprar los servicios del satélite, algo que no ocurrió en la gestión del Movimiento Al Socialismo (MAS) ni en el actual mandato de Jeanine Áñez.
Cuando el satélite fue lanzado al espacio, la promesa del Gobierno de Evo Morales fue que el servicio de internet llegaría a las comunidades rurales; que habría telemedicina, telecentros en las pequeñas poblaciones para que se beneficien los estudiantes de escuelas rurales. Siete años después, la pandemia puso en evidencia que nada de eso fue cumplido.
Apoyo estatal
“Si el anterior gobierno hubiera cumplido, a través del ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas de la Policía, a través del Ministerio de Educación, de Salud, con los proyectos para utilizar el satélite, tal vez se hubiera podido pagar el satélite a tiempo y generar ganancia, pero como no se llevó a cabo una política paralela del apoyo y del cumplimiento de estas cosas, esta empresa (ABE) nació al mercado, trabajó lo que pudo, consiguió los clientes que pudo y el volumen que pudo negociar. Donde estamos ahora estimo que no vamos a lograr cubrir el costo del satélite”, detalló Larrea.
Zambrana, que en el último tiempo de la gestión de Morales fue viceministro de Telecomunicaciones, explicó que hasta el año pasado la cobertura del satélite llegaba a todo el territorio nacional con los servicios de telefonía móvil e internet con precios accesibles.
El exfuncionario detalló que, hasta agosto de 2019, el acceso a esos dos servicios de telecomunicaciones llegó a más de 13.000 localidades del país con 50 o más habitantes.
Según las proyecciones que tenía Zambrana, hasta finales del año pasado se estimaba que el satélite Túpac Katari llegue al “límite práctico ocupacional”, es decir, entre el 85% y 90% de su capacidad. “Los satélites no llegan a ocupar operativamente el 100% de su capacidad”, dijo. El exfuncionario acotó que los servicios del satélite permitieron recaudar hasta finales de 2018 alrededor de 105 millones de dólares.
El mayor porcentaje de capacidad del satélite sucedió en 2016, cuando el Túpac Katari alcanzó el 73% de su ocupación. El Plan Estratégico de la ABE 2016-2020 definió cinco objetivos estratégicos y 14 acciones a seguir en cuatro años “para consolidar una empresa estratégica eficiente, moderna y orientada al cliente con procesos de calidad”. Será difícil cumplir esos objetivos trazados, debido a que la capacidad del aparato en órbita no podrá llegar al 80% y los ingresos están lejos de la meta. “Está funcionando al 66% de su capacidad y está con una utilidad de más o menos 172 millones de bolivianos”, detalló Larrea.
La mayoría de los clientes del satélite son empresas y entidades públicas nacionales. Hasta 2019 existía una pequeña capacidad del Túpac Katari vendida a compañías de Colombia. Esa oferta representaba menos del 1%.
En Bolivia, cerca del 45% del servicio satelital se vendió a Entel y un 25% a otros operadores de telecomunicaciones privados. También son parte de la lista de clientes instituciones del Estado, canales de televisión y radios.
El satélite tiene dos estaciones en tierra. La principal se ubica en la comunidad de Amachuma del municipio de Achocalla, que está a una hora y 40 minutos de la ciudad de La Paz. Al ingresar al espacio se pueden apreciar imitaciones de la Puerta del Sol, de un reloj y un calendario solar, del lago Titicaca, de la Isla del Sol y de varios monolitos. Por dentro se ubica un edificio donde se desarrolla el trabajo técnico y la principal atracción son las seis antenas gigantes.
“El control tiene dos sistemas: el de Plataforma y el de Carga Útil. Este último se refiere a antenas, canales, amplificadores y lo necesario para la misión del satélite que, en este caso, consiste en recibir señales y retransmitirlas”, explicó el director de Operaciones de la ABE, Alexis Andrade. El funcionario acotó que permanentemente se rastrea y se maniobra los movimientos del satélite, ya que en el espacio el Túpac Katari no está quieto.
Una segunda estación en tierra se edificó en el municipio de La Guardia, en el departamento cruceño. En esta construcción se levantaron dos antenas.
Auditorías a la ABE
En la gestión de Larrea se inició una auditoría al trabajo anterior de la ABE con el objetivo de establecer con exactitud los problemas por los que se atravesó esta entidad. En el proceso se verificará las pérdidas económicas generadas, el manejo de personal y otros aspectos.
Larrea detalló que la Contraloría investiga algunos problemas con otras instituciones públicas debido a que no se cumplieron acuerdos establecidos, lo que generó pérdidas económicas “bastante grandes”. Además, la Procuraduría está con el caso del proceso de adquisición del satélite y contrataciones para su funcionamiento.
“Divido esta gestión en dos: la mía cuando encontramos el satélite funcionando y lo que hacemos es mejorar internamente la agencia, adecuarla a la nueva realidad de operaciones y también observar lo que se hizo con indicios de responsabilidad en el pasado. Por un lado existe la compra del satélite, que siempre fue un tema observado y que nosotros lo hemos elevado a la Procuraduría y al Ministerio de Justicia. Son estos entes quienes investigan el proceso de adquisición y demás”, remarcó Larrea.
El Deber.