¿Te sentirías cómodo si tuvieras a alguien sentado a tu lado mirando la pantalla de tu computadora todo el tiempo? Seguramente no. Sin embargo, eso es lo que estás permitiendo al hacer clic en “Aceptar” el uso de cookies al navegar por internet, ya que estás autorizando compartir todo lo que haces en tu computadora y en tu navegador.
La frecuencia con la que aparecen las ventanas emergentes que solicitan tu consentimiento puede resultar abrumadora, tanto así que ha llevado a algunos usuarios a hacer clic porque su presencia resulta molesta.
Pero, ¿qué son estos avisos y por qué están invadiendo tu experiencia de navegación?
Todo empezó en 2018 con la implementación del Reglamento General de Protección de Datos (GDRP, por sus siglas en inglés), una regulación europea —que también aplica para sitios web en Estados Unidos— que obliga a los sitios web a ser honestos sobre las cookies que instalan y los datos que rastrean.
“Básicamente esas leyes garantizan la privacidad de datos personales de carácter personal de la gente. Entonces, para esos portales, especialmente grandes portales en internet, no les tocó más que mostrar este aviso y esperar el consentimiento de los usuarios”, explicó Dmitry Bestuzhev, director del equipo de investigación y análisis para América Latina en Kaspersky a CNN en Español.
Sin embargo, entender la información sobre el uso de cookies “es una tarea bastante compleja”, según Bestuzhev, lo que ha provocado que en algunas ocasiones los usuarios hagan clic sin estar completamente conscientes de las implicaciones.
Un estudio sobre el consentimiento de cookies no informado realizado por académicos de la Universidad Ruhr de Bochum en Alemania y de la Universidad de Michigan en Estados Unidos, arrojó que la principal motivación de los usuarios para interactuar con el aviso de consentimiento de cookies “es la suposición de que no se puede acceder al sitio web de otra manera”. Otras motivaciones comunes mencionadas en el estudio fueron “el aviso me distrae de ver el sitio web” y otras personas interactuaron con el aviso “por costumbre”.
Bestuzhev indicó que resulta más fácil contar con una tecnología adicional que tratar de entender qué es lo que hará un portal con sus cookies, ya que es prácticamente imposible averiguar qué clase de cookies está utilizando un sitio web y cómo es que la información del usuario va ser utilizada. “Por esto es que vemos hoy en día muchos complementos para los navegadores”.
Entonces, ¿deberías o no aceptar las cookies?
Las cookies son fragmentos de código que le otorgan a un sitio web una especie de memoria a corto plazo permitiéndole recordar pequeños fragmentos de tu información de navegación, como tu información de inicio de sesión y preferencias de navegación, para ofrecerte una experiencia más personalizada. Sin embargo, estos mismos cookies también pueden ser utilizados para realizar un seguimiento de tu actividad en línea y permitir que anunciantes se dirijan a ti con gran precisión.
“El peligro está en su capacidad de hacer un seguimiento de los historiales de navegación de las personas. Este comportamiento al estilo de «Gran Hermano» puede generar cierta preocupación por la seguridad”, según una publicación de Kaspersky.
Así que aunque las cookies propias mejoran tu experiencia de navegación y por lo general son más seguras, también “hay cookies maliciosas, hay cookies realmente que son hechas para de hecho espiar a los usuarios, para recolectar la información, y esta es la gran diferencia”, dijo Bestuzhev.
El nivel de privacidad que elige cada persona es una decisión personal, pero los usuarios pueden empezar por configurar su propio navegador para activar o desactivar la función de seguimiento en la web. Esta opción está disponible en navegadores como Firefox, Chrome, Brave y Safari.
¿Cómo evitar las ventanas emergentes?
Si quieres dejar de ver las ventanas emergentes y prefieres que la tecnología se encargue de lidiar con ellas, existen extensiones como Consent-O-Matic, Privacy Cloud y I don’t care about cookies (que se traduce literalmente como «No me interesan las cookies») que bloquean u ocultan las ventanas emergentes, o bien completan tus preferencias automáticamente respecto al uso de cookies.
Bajo la premisa de que las ventanas emergentes sobre el uso de cookies están diseñadas para ser confusas y hacer que los usuarios acepten ser rastreados, Consent-O-Matic contesta por ti “para que tú no seas manipulado”. De forma similar es que Privacy Cloud actúa al “eliminar la mayoría de los banners de cookies y declinar el consentimiento por omisión”.
Por su parte, I don’t care about cookies elimina las advertencias de cookies «en casi todos los sitios web, evitando miles de clics innecesarios». Sin embargo, esta extensión puede aceptar automáticamente la política de cookies, «según lo que sea más fácil de hacer» por lo que podría no eliminar completamente el uso de cookies.
El sitio web de I don’t care about cookies le recomienda al usuario educarse sobre las cookies y sobre temas de privacidad y protección de datos.
«Es muy importante entender que la privacidad está atada con la seguridad», concluyó Bestuzhev.