Las cifras frías lo confirman. El servicio de la deuda interna del Tesoro General de la Nación (TGN), hasta junio, se incrementó un 48,04% con relación al mismo periodo del 2019. En enero, el Gobierno de transición informó que el dato es una ‘herencia’ del ‘proceso de cambio’.
De acuerdo a datos del Ministerio de Economía, hasta junio la deuda interna del TGN llegó a 56.239 millones de bolivianos. La cifra es superior a los 37.989 millones de bolivianos registrados el año pasado.
El total de la deuda interna representa hasta el 18,7% del Producto Interno Bruto (PIB), que llega a 43.000 millones de dólares.
Este tipo de deuda corresponde a los recursos que se presta el Poder Ejecutivo de fuentes internas: públicas y privadas, para poder sostener políticas de inversión y los gastos del aparato estatal.
En enero de este año, el entonces ministro de Economía, José Luis Parada, informó sobre el crecimiento exponencial de la deuda debido a la política de expansión realizada por el anterior Gobierno.
Cabe recordar que la administración del expresidente Evo Morales emprendió una fuerte inversión pública en megaobras estatales.
“La fragilidad del modelo económico implementado que afecta a las arcas del Estado muestra que los recursos no alcanzan para cumplir con lo establecido”, expuso en enero la exautoridad.
Un análisis de la Fundación Milenio sostiene que durante el Gobierno de Evo Morales “ los ingresos por impuestos no fueron suficientes para pagar los gastos en salarios, bienes y servicios, transferencias e intereses de la deuda pública“.
Ante esta situación, el camino más fácil fue incrementar la deuda interna.
Según datos del Ministerio de Economía, por acreedores el Banco Central de Bolivia prestó Bs 30.684 millones (54,5%) al TGN, mientras que el sector privado entregó otros Bs 25.555 millones (45,4%). El total de la deuda es constituida por la compra de bonos y letras del Tesoro.