La jornada del pasado lunes, el Directorio del Seguro Social Universitario (SSU) llevó a cabo una reunión ordinaria en el que la gerente general de esta institución médica, Katiuska Pérez, presentó un informe económico y financiero de las gestiones 2018 al 2020.
En el mismo se dio a conocer que las reservas o fondos ahorro del SSU han tenido una caída alarmante, ya que a principios del 2018 se tenía Bs 37 millones y ahora (hasta el 11 de junio) se cuenta con apenas Bs 5,6 millones.
Solo en este 2021, la disminución de las reservas alcanzó un 52%, tomando en cuenta que el 2020 se cerró con un monto disponible de Bs 10,8 millones.
A este ritmo y si no se ejecuta con urgencia un plan de contingencia que aumenten significativamente los ingresos y disminuyan los gastos, las reservas podrían desaparecer en poco tiempo, poniendo en riesgo la atención a los asegurados y prácticamente desechando el anhelo de construir una clínica propia en el mediano plazo.
Déficit
Uno de los problemas más complicados para el Seguro Universitario es el alto déficit que arrastra en los últimos años.
Los gastos son mayores que los ingresos y este déficit se cubre con los fondos de reserva.
Desde que Pérez asumió la gerencia general, en marzo del 2018, el déficit ha ido en aumento. En ese año se cerró con un saldo negativo Bs 8,9 millones, mientras que en el 2019 fue de Bs 9,2 millones y en el 2020 los gastos superaron a los ingresos en Bs 12,6 millones.
Sin embargo, la máxima autoridad ejecutivo señaló que durante el 2018 y 2019 el abultado déficit se debió a que las gestiones anteriores no contabilizaron las deudas en los años correspondientes y transfirieron las mismas a su administración.
Por ejemplo, detalló que en el 2017 se inició el pago de una deuda de Bs 1,7 millones al Ministerio de Salud, pero el mismo no se registró en ese año y su gestión tuvo que asumirla como si fueran gastos del 2018.
Además, indicó que se tuvo que destinar Bs 1,5 millones para el pago del segundo aguinaldo en el 2018, lo cual no estaba dentro de lo planificado.
Para la gestión 2019, Pérez aseguró que se tuvo que asumir deudas de gestiones pasadas por un poco más de Bs 6 millones, que incluye aportes al Ministerio de Salud de las gestiones 2004-2015, pagos a las clínicas Foianini y Rengel por servicios contratados en el 2017 y cobros de proveedores y profesionales por trabajos contratados para la gestión 2018.
En lo que respecta a la gestión 2020, la gerente general argumentó que la llegada de la pandemia ocasionó gastos imprevistos que ascienden a Bs 16,7 millones, los cuales fueron destinados a la contratación de clínicas, laboratorios, pago de honorarios, entre otras contingencias.
Piden ampliar informe
Miembros del Directorio del SSU exigieron a la gerente general que se dé un informe ampliado sobre las gestiones anteriores al 2018 y que se identifique a los directores y gerentes de aquella época y, si es necesario, abrir procesos judiciales contra los mismos.
Por su parte, Adolfo Mercado, director representante de los docentes, pidió que los informes a los directores se entreguen con más tiempo de anticipación para hacer un análisis más profundo y que es algo que viene pidiendo desde reuniones anteriores.
“Nuestra función es hacer fiscalización aquí nos ha mostrado la gerente un informe de una forma que quizás podamos hacer un análisis somero, pero para nada profundo”, apuntó.
Asimismo, pidió que se establezca una fecha para evaluar la gestión de Pérez al mando de la SSU.