El Universitario

“Es muy triste llegar cada día a la casa, sin saber si estamos contagiadas o sanas”

“Es muy triste llegar cada día a la casa, sin saber si estamos contagiadas o sanas”

Basilia Serrudo Martínez es enfermera de corazón, egresó de la Universidad Estatal Cruceña hace 15 años, y desde entonces trabaja en el Centro de Salud Elvira Wunderlich de esta ciudad.

Basilia nació en Yapacaní, en la biografía de su Facebook dice “Orgullosa de ser enfermera”. Aunque para ella formarse no es suficiente, luego de hacer un diplomado y una maestría, estudia su segunda carrera que es Arquitectura.

Serrudo recuerda que el día de la enfermera siempre ha sido motivo de festejo con sus colegas y compañeros, pero “este será un año de nunca olvidar”.

¿Este día hay algo qué festejar?

En realidad, este año era nuestro año de festejos los 200 años de las enfermeras, pero con la pandemia no se puede festejar porque primero esta nuestra población, además cuando se trata de trabajar por la humanidad pues eso es lo que estamos esforzándonos por hacer, dando todo de nosotros, los profesionales en enfermería.

¿Qué te hace sentir este día especial? en cuarentena y trabajando.

Trabajo como supervisora del centro de salud. Pues será un año de nunca olvidar porque después de todo, nosotras las enfermeras, ya estamos acostumbradas porque tenemos varias programaciones en el Centro de Salud en la parte de prevención; pero por esta epidemia se suspendió todo.

Todos los días atendemos pacientes con todo tipo de dolencias, pero en realidad no sabemos si alguno llega con Covid-19, porque muchos pacientes son asintomáticos y tenemos que protegernos con una buena bioseguridad.

Las enfermeras somos personas que quizás asustamos a veces, parecemos aburridas, o malas; pero la población debe tenernos paciencia porque es el esfuerzo que le ponemos y lo estricto que debe ser tratar con la vida de las personas. Al final, todos trabajamos por la salud de la población.

En esta cuarentena nos sentimos muy tristes por no compartir con nuestras colegas y amigos, este año será muy diferente por la pandemia, pues los turnos cambiaron y estamos realizando 12 horas y 24 horas para poder cumplir con la población.

Cuando llegas a casa, tu familia, tus hijos, luego de una jornada dura por esta pandemia ¿Qué te dicen ellos?

Mi familia está muy orgullosa de mi trabajo, tengo su apoyo. Claro, muchas veces nos vence la tristeza, la intriga de no saber si estaré contagiada o sana; es muy triste llegar todos los días sin saberlo, pero siempre los hijos a uno lo esperan para compartir. Solo queda protegerse y cuidar de ellos cuidándome.

En cierto momento pensé en irme a vivir en otro lugar para proteger a mi familia, porque siempre estoy pensando en lo que pasará, pues tengo dos niños uno de 8 años y el otro de 5 años y siempre me esperan todos los días y el tema de charla es saber si estoy contagiada porque llego bien protegida.

¿Hay el necesario apoyo de parte del Gobierno en estos momentos?

Esta enfermedad fue algo no programado que llegó muy rápido, pues nuestros centros de salud y los hospitales no teníamos el equipamiento adecuado; pero de tanto bregar, durante este periodo de la epidemia se ha ido dotando de material, claro que no tenemos lo mejor, pero tratamos de utilizar todo el material que nos dan y así realizar una buena bioseguridad para que no seamos contagiados.

Equipamiento falta mucho, ojalá que con esta experiencia se pueda aprovechar para equipar mejor todos los centros de salud; pero también con el suficiente recurso humano que tanta falta nos hace.

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