El estudio Valores que guían a los jóvenes en sus relaciones de pareja y respecto a la violencia machista realizado el 2020, ha concluido que la primera etapa sucede con la identificación del “novio protector”, que devela el inicio asimétrico de la relación de pareja. En la segunda etapa se vive la violencia inicial cuando el novio se convierte en controlador. En la tercera etapa sucede un hecho de violencia (psicológica, emocional, física, etc.) en la que él pide perdón, ella lo perdona, pero se revive el círculo de violencia (violencia explícita-perdón-luna de miel- violencia explícita).
Cuando este ciclo de violencia llega a un punto insostenible para la víctima, independientemente del tiempo que le lleve asumir una decisión, se llega a la cuarta etapa. En esta fase la víctima busca ayuda en el entorno inmediato; la quinta etapa sucede cuando se genera el apoyo a la víctima de violencia machista y la ruptura de la relación tóxica.
“Este conjunto de ideas y creencias asigna a los varones el rol de protección y control de las mujeres y prescribe que estas se subordinen a ellos. Estimula a los hombres a ser celosos, de ideas inmutables y homofóbicos. Asumir este orden social legitima la violencia ‘disciplinadora’ contra las mujeres que buscan romper el molde de las expectativas sociales conservadoras sobre su género”, manifiesta la Coordinadora del Programa Justicia de Género de Oxfam, Lourdes Montero.
El estudio realizado en los municipios de La Paz, El Alto, Viacha, Cochabamba, Colcapirhua, Pailón y Santa Cruz de la Sierra tuvo como uno de los enfoques más importantes el amor romántico y sus consecuencias, y concluyó que en todas las experiencias de ruptura de relaciones tóxicas en el noviazgo, el capital social de la mujer es esencial porque además del apoyo y contención le ayuda a identificar y rechazar la violencia, a decidir terminar la relación con su agresor, y a reconstruir su vida social y afectiva.
El trabajo hace una comparación con un estudio similar realizado el 2016 dando como resultado hallazgos cualitativos y cuantitativos. Entre ellos se destaca que 5 de cada 10 jóvenes mantienen ideas conservadoras y promueven actitudes machistas, y que el 43% expresan valores machistas que legitiman la violencia emocional y sexual contra las mujeres, además del control de la pareja en relaciones románticas.
Otro dato importante es que el 47% de los/as jóvenes expresa una postura homofóbica. Les incomoda ver a dos hombres besarse, rechazan la educación sobre homosexualidad y el matrimonio igualitario, y creen que la homosexualidad es causada por traumas en la niñez. En tanto, el 56% de los/as jóvenes manifiesta un índice alto de ideas fundamentalistas. Sobre todo, la idea que Dios creó a hombres y mujeres con roles diferentes, que la mujer debe llegar virgen al matrimonio, y que la homosexualidad es pecado.
El estudio fue impulsado por Oxfam y sus aliadas Colectivo Rebeldía, Instituto de Formación Femenina Integral (IFFI), el Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza (CPMGA) y la Coordinadora de la Mujer en el marco del proyecto “Mujeres de Bolivia, tus derechos en el presupuesto” con el apoyo financiero del Gobierno de Canadá a través de Asuntos Mundiales Canadá./Oxfam Nota de prensa.
Vía: Clave300