El Universitario
El “Bicho” recibió la vacuna a los 89 años y extraña dictar cátedra

El “Bicho” recibió la vacuna a los 89 años y extraña dictar cátedra

Balbucea a ratos y apenas se le oye; sin embargo, en lo poco que habla repite constantemente que extraña dictar clases en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM). Su cariño por el otrora segundo hogar, es evidente, puesto que se emociona al visitar presencialmente sus predios, aunque esta vez sea en silla de ruedas solo para recibir, junto a otras personas de la tercera edad, la vacuna contra el Covid -19.

Aunque su rostro no evita reflejar el paso del tiempo, su mente aún conserva los rasgos de la lucidez que un día le convirtió en leyenda para los jóvenes de la “Gabriel” y uno de los dirigentes que lucharon por la autonomía universitaria.

Esta es la historia de Rolando “Bicho” Ortiz Rivero, exdocente, exdecano y exdirigente estudiantil que a sus 89 años visitó la Facultad de Ciencias de la Salud Humana y expresó su agradecimiento por la dotación de la vacuna que le permitirá continuar viviendo al lado de su familia.

Trabajó 27 años en la UAGRM. Desde joven se ilusionaba con ser dirigente de la Universidad, aunque más que política interna, se dedicó a la Defensa de la Autonomía de la Casa de Estudios Superiores y a su pasión la defensa de Santa Cruz.

Una de sus historias más sorprendentes fue haber participado junto a otros jóvenes falangistas en septiembre de 1956 en el desvío hacia Salta, Argentina, de un avión que trasladaba 47 presos políticos de Santa Cruz a La Paz. La nave secuestrada fue obligada a cambiar de ruta en pleno vuelo.

Los policías a bordo, encargados de la custodia de los presos, fueron reducidos por sus propios cautivos, que habían logrado hacerse de una pistola. El operativo no tuvo ni un solo lesionado.

Los presos eran militantes de Falange Socialista Boliviana (FSB) que se habían movilizado a fin de conseguir el 11% de las regalías petroleras para el departamento de Santa Cruz. Este espíritu luchador lo marcó de por vida y volcó el mismo para defender la Autonomía Universitaria.

Fue decano y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad, y dictaba las materias de Química y Biología. Su legado quedó plasmado en algunos libros que escribió respecto a la profesión que tenía, puesto que adoraba pasar clases con sus alumnos.

Con ayuda de su hija comenta que las clases universitarias en sus tiempos eran diferentes a las actuales. Contaba con 8 grupos de clases en la UAGRM y 4 en un colegio donde daba clases al nivel secundario, habiendo además trabajado en ocho unidades educativas, entre ellas, el colegio La Salle.

“Les digo a las autoridades de la Universidad que necesitan dar oportunidades a los jóvenes. Se necesita un cambio real no solo un cambio de autoridad donde continúan las mismas personas con diferentes cargos”, exclamó lúcidamente.

Si bien la nostalgia a veces ahoga sus palabras no deja de repetir que es un privilegiado de recibir la dosis contra el Covid -19 y que está agradecido que la UAGRM no se olvide de los que una vez fueron docentes y que ahora no están en actividad.

 

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