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Consuelo Rivero, la boliviana que enamoró y estafó a empresarios peruanos por Tinder

Consuelo Rivero, la boliviana que enamoró y estafó a empresarios peruanos por Tinder

Conoce aquí la historia de Consuelo Rivero, mejor conocida como la estafadora de Tinder, cambió su color de su cabello y se modificó los dientes para no ser reconocida.

Artífice de varias estafas. Consuelo Estrella Rivero Hoyos, de nacionalidad boliviana, usó la aplicación de citas Tinder, pero no precisamente para conocer o salir con alguien, sino para seducir y engañar a varios empresarios peruanos con el objetivo de sustraerles miles de dólares de sus cuentas bancarias, cometiendo así el delito de estafa. Es por ello que en la siguiente nota te damos a conocer cuáles fueron sus movimientos y como operaba para poder contactar con empresarios y docentes peruanos.

Al mismo estilo de Simon Leviev, el famoso ‘estafador de Tinder’,  Consuelo usaba la famosa red social para captar empresarios peruanos y enamorarlos.

Una de las víctimas fue el experto en marketing y profesor de postgrado en una reconocida universidad en Lima, Julio Chirinos, quien cayó se enamoró e intentó tener una relación sentimental.

“Me encuentro con una solicitud de amistad y veo que esta persona era de Santa Cruz. Como yo doy conferencias y dicto cursos en Latinoamérica, pensé que era una persona que quería contactar conmigo para fines profesionales”, narró a la revista Cuarto Poder.

“Y es por Zoom que, en menos de una semana, esta persona me enamora, caigo totalmente enamorado, no por la belleza, sino por la forma en la que te hacía sentir y las palabras que utilizaba para poder conectar contigo”, añadió.

¿Cómo operaba?

Consuelo se presentaba como una profesional y exitosa  abogada con doctorado en derechos humanos por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y coordinadora del área legal del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, conocido como el PNUD.

Luego buscaba a empresarios por Tinder o exitosos profesionales a los cuales los enamoraba. Posteriormente le pedía a sus parejas comprar terrenos y luego de recibir el dinero fugaba del país.

“Al cabo de un par de semanas, ya estuve compartiendo los gastos de la inversión de un lote de 500 metros cuadrados al norte de Santa Cruz, valorizado en unos 150.000 dólares”, aseveró.

“Jamás le iba a pedir los contratos, porque vivíamos acá, teníamos una relación, ya conocía a su familia, conocíamos todo de nosotros”, acotó.

Otro empresario dedicado a la agricultura contó que Consuelo se presentó muy amable y luego comenzaron a salir.  “Quedamos en comer, me invitó a la Huaca Pucllana a cenar. Ella me invitó, pagó todo, me sorprendió y hasta ahí todo bien (…). A mí me cayó muy bien una persona madura, que trabajaba, independiente. Me sorprendió, nos matamos de risa, fue muy agradable”, afirmó.

A las semanas, Consuelo sorprendió a Germán con un falso embarazo. “Yo, felizmente, tengo un amigo ecógrafo de los buenos allá en Chiclayo; le pregunté cuánto tiempo tenía y me dice ‘German, tiene 10 a 12 semanas’”.

“La llamo y le digo: ‘Nunca más me vuelvas a llamar, no quiero saber nada más de ti, la foto que me has enviado es de 10 a 12 semanas, eso no es mío’ (…). Fue una mala experiencia, una persona de las más malas que he conocido en mi vida”, aseguró.

Pero también estafó a mujeres. Isabel conoció a Consuelo hace más de seis años. Ambas entablaron una relación  y cuando se ganó la confianza la estafadora le pidió 42 mil soles, algo como 10.000 dólares.

“Inicialmente me dijo 15.000 soles y después me pidió más, en total ella me debe 42.000 soles (…). Ella sabe perfectamente porque es su negocio, sabe que por préstamo no hay cárcel. Ya prácticamente se desentendió de la deuda”, aseveró.

Por: Diario El Popular de Perú

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