El Universitario
Relación con la sociedad y manejo económico son fortalezas. La debilidad es lo académico

Relación con la sociedad y manejo económico son fortalezas. La debilidad es lo académico

“No se resuelven de fondo temas internos vinculados con la estabilidad laboral de los docentes, mayor apoyo para la investigación… y la facilitación en la inserción al mercado laboral de los nuevos profesionales que formamos”.

Daniel Valverde.

“La gran tarea de convertir a nuestra Universidad en piedra angular del progreso de la región, tiene un camino muy largo y empedrado por recorrer. Internamente debe enfrentarse con intereses voraces de estructuras de poder que ven a la universidad como ente público clientelar y no como institución académica. Por lo general los miembros de estos grupos, suelen vociferar sobre la sacrosanta autonomía o el cogobierno, con fines utilitarios, puesto que no cuentan ni con una visión o conciencia del potencial de la universidad como ente gestor del conocimiento y de la transformación, en el nuevo contexto de la sociedad de la información, las tecnologías y los cambios permanentes.

Sumado a ello, en nuestra universidad aún no se resuelven problemas estructurales de fondo, vinculados con la estabilidad laboral de los docentes, la necesidad de más apoyo para la investigación, la riesgosa situación del Seguro Universitario que, sumado a las presiones de grupos en buscas de sus intereses, terminan generando una especie de desaliento o micro clima desfavorable en buena parte del profesorado.

En cuanto los estudiantes, hace falta promover un gran debate y soluciones con respecto a la inserción laboral de los futuros profesionales. No sirve de mucho tener la universidad con la mayor matrícula universitaria – se habla de 110 mil universitarios – y lanzar entre 7 a 8 mil nuevos profesionales cada año, cuando según un reciente e inédito Censo de Bienestar y Desarrollo Académico, efectuada a más de 6 mil universitarios por el INIFH de la Facultad de Humanidades, refleja el llamativo dato de que solo el 13 por ciento de los estudiantes tiene seguridad que ejercerá la carrera en que se forma. Pero además este estudio refleja grandes rezagos en cuanto hábitos de lectura, habilidades de comunicación, limitaciones en cuanto conectividad, o un elevado porcentaje (82%) de estudiantes que indica estar trabajando o buscando trabajo. Es decir, el estudio no es su principal foco de atención.

El investigador universitario, Gustavo Rodriguez Ostria, en una tertulia académica pocos meses antes de fallecer nos señalaba que el principal desafío interno que tenían las Universidades era el de recuperar la “Capacidad de Deliberar”. Para el resto del camino las autoridades tendrían que hacer un gran esfuerzo para generar deliberación y que de esa forma se aclare el camino que deben recorrer eventos como el III Congreso Universitario, el fortalecimiento de la investigación y el postgrado, la inserción laboral de estudiantes graduados, la estabilidad laboral de docentes, los alcances y límites del cogobierno, el rol de la Universidad en esta época, y varios otros temas sobre las cuales la Universidad tiene ya una agenda interna y externa abierta.

No esta demás señalar que la deliberación es un ejercicio dialectico en el que deben primar argumentos, y la verdad va decantando. Esto es vital, puesto que la Universidad por su espíritu abierto no puede ni debe ser campo de miradas unidireccionales, reproducción de la cultura sindical corporativa, o bombardeos de memes y Tik Tocks. Generar un microclima favorable a la deliberación y la labor académica en cada facultad, en cada unidad y en la Universidad en su conjunto es la gran tarea y responsabilidad de las autoridades para el resto de gestión”.

“No existe un verdadero modelo académico, lo que existe es un nombre que está circulando que da la impresión que hubiese gestión”.

Luis Andia

“Encuentro tres cuestiones positivas de las actuales autoridades universitarias, en el caso del Rector:
Primero, ha trabajado bien en el campo administrativo o económico, si bien no ha hecho un gran cambio, se ha notado un orden, mayor organización y mayor claridad, no tan improvisado, y desorganizado como en otras gestiones. En el tema económico, parecía que al inicio había una fuerte crisis económica, sin duda fue algo que rescatar porque diremos que hay una encomia saneada y funcionando bien.

Segundo, las relaciones interinstitucionales, especialmente con el Consejo Universitario, es la primera gestión en que el Rector no preside el consejo, y la directiva aparentemente no es oficialista, esto podría llevar una relación conflictiva; sin embargo, ambos han respetado sus espacios y atribuciones, cuando el rector ha vetado las resoluciones, el ICU las ha revisado y vuelto a enviar. Han cumplido sus atribuciones al pie de la letra y se ha ido operativizando la relación. Creo que en eso ha habido una buena gestión.

Tercero, antes se reclamaba mucho una presencia institucional de la Universidad ante la región, lo que tenemos es un Rector que ha estado muy activo en momentos en que se ha necesitado la presencia de la Universidad, incluso en reuniones populares, aunque estemos de acuerdo o en desacuerdo, esto posiblemente es lo más importante de la gestión.

Ahora, esto que ha sido lo más importante también se ha convertido en el blanco de las críticas. Cuando el Rector y Vicerrector estuvieron en campaña, un tema que hablaban era la academia, investigación, el seguro médico. Hoy en día, su relación del Rector con la sociedad ha hecho que pierda relación interna; pues le habla más a la sociedad, no tanto a la comunidad universitaria. Eso y algunas acciones como reuniones oficiales en otros departamentos, en algunas reuniones que no son necesariamente gestiones universitarias, sino que parecen más proyectos individuales y políticos, le han valido algunas críticas. Yo pienso que le Rector puede hacer ambas cosas, pero no sobreponer una ante la otra.

Al vicerrector lo hemos visto apegado al Rector, uno diría que está bien que tenemos un vicerrector acompañando, secundado, hablándole a la sociedad a nombre de la Universidad, pareciera positivo; pero creo que es negativo porque el Vicerrector no ejerce ese tipo de atribuciones; para empezar, el único que puede hablar a nombre de la Universidad hacia afuera es el Rector, otros cargos, aun sea el número dos, por estatuto no están autorizados a hablar a nombre de la Universidad. Nadie más que el Rector lo puede hacer.

El Vicerrector tiene que revisar su rol y atribuciones como vicerrector, y la comunidad universitaria sabemos que su rol está vinculado a la gestión académica, y él lo sabe porque fue decano. No obstante, la dirección académica ha realizado la gestión, pero no tiene las atribuciones para hacer más.

Ha habido una comisión que hablaba de un nuevo modelo académico, dijeron que irían a las facultades, pero en realidad es un modelo académico que no existe; es bonito que se les diga que se les toma en cuenta, parece muy democrático con una capacidad de escuchar a la gente, es impresionante, parece muy democrático. Pero por otro lado parece altamente populista porque se quiere hacer un modelo de todo lo que opina la gente, y no con la capacidad propuesta y visión que tengan y después ponerlo a consideración de la gente.
No existe un verdadero modelo académico, lo que existe es un nombre que está circulando que da la impresión que hubiese gestión, peor en lo investigativo, como docente veo que se han publicado algunos libros y los institutos que algún trabajo vienen haciendo no más.

Un proyecto nuevo para impulsar desarrollar, ampliar, redireccionar la investigación en la U, no hay, en ese sentido creo que el Vicerrectorado ha estado extraviado en sus funciones, ha hecho cosas que no le corresponden; entiendo que están en una comisión de relación con el Estado, esa comisión no hace representación académica. Si quisiéramos hablar seriamente de academia deberíamos hacer proceso de investigación y de desarrollo vinculado a ese tema, tendríamos que hablar de actividad investigativa y no tanto discursiva o propositiva políticamente, recuperando gente que tiene propuestas, escucharlos tal vez hacer un resumen ejecutivo, no, esa no es la labor de la academia, peor del Vicerrector. Ahí veo un problema”.

“Empieza el segundo tiempo”

Orlando Peralta

“Cuéllar y Vargas fueron investidos como rector y vicerrector, respectivamente, en un momento financieramente crítico para la U. Recuperar el equilibrio económico fue su primer desafío. Digamos que les demandó los 25 minutos iniciales del partido. No obstante, siguen teniendo muchas cuestiones económicas, académicas y organizacionales de carácter estructural por resolver, que probablemente necesite más de una gestión para superarlas.

Siguiendo con la metáfora del tiempo en el fútbol, en los restantes 20 minutos del primer tiempo les tocó marcar al gobierno mediante la demanda del censo. En los 36 días de paro asumieron un liderazgo local, cada uno con su propio estilo discursivo, que repercutió más allá de la región. Fue una coyuntura política difícil que puso a prueba la dirigencia universitaria en el sentido de su capacidad para representar intereses departamentales. Sin duda, se pusieron la camiseta cruceña y jugaron un partido de igual a igual con los representantes del centralismo y todas las ventajas que estos tenían.

Ahora bien, cuando se inicia el segundo tiempo, la gestión mantiene una agenda pendiente con problemas de larga data, la realización de un nuevo congreso universitario, y la ejecución del censo en 2024 y correspondiente redistribución de recursos. Por otro lado, es muy llamativa la aspiración legítima del rector de cambiar de liga y saltar al campo político nacional. Esto implica muchos obstáculos por el simple hecho de ser cruceño y haber cuestionar al gobierno. De hecho, ya empezaron a perseguirlo judicialmente.

Con todo, la gestión y liderazgo universitario de Cuéllar y Vargas no ha dejado indiferente a nadie. Las circunstancias externas han generado las condiciones necesarias para que ambos activen movimientos tácticos y produzcan un discurso estratégico en defensa de la UAGRM y el departamento.

Todavía les queda un tiempo por jugar cuando la incertidumbre es un principio y las contingencias están al acecho”.

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